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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

NAGAUTA, EL CORAZÓN DE LA MÚSICA DEL TEATRO KABUKI
Por William Malm

III. La Forma en Nagauta

4. Forma Jôruri


En el artículo sobre la historia de la música de shamisén en el Capítulo 1 se mencionó la tradición narrativa del jôruri como uno de los géneros más vitales. Siendo este el caso, uno esperaría que la organización formal de esta música sea de igual importancia para el desarrollo general de la forma en la música para shamisén.


Gidayû-bushi, como el estilo principal de música jôruri, es considerado como el ejemplo del concepto formal básico de jôruri. Debido a que la música está estrechamente asociada con la narración, se necesita una cierta flexibilidad en la forma para que se acople a las situaciones particulares de cada argumento. Sin embargo, los relatos fueron con frecuencia escritos expresamente para el teatro de títeres, así que tendían a corresponder en estructura con los requerimientos del escenario y la música. La fuerza de esta influencia teatral se sentía incluso cuando los dramaturgos escribieron novelas que no eran pensadas para producciones teatrales.


La forma clásica jôruri como se emplea en gidayû-bushi, está organizada en cinco partes o dan. Dentro de estas cinco partes la música está a su vez subdivida en ocho secciones que en su orden normal son: oki, michiyuki, kudoki, monogatari, uta, odori, miarawashi y chirashi o seme.


Hay bastante variación en la manera en la que estas ocho secciones se ubican dentro del gran esquema de cinco partes. No es necesario que todas las secciones aparezcan en una obra. En verdad, todavía hay mucho por descubrir acerca de las relaciones específicas entre la música, el texto y la forma en jôruri. Esta forma sin embargo tiene una estrecha relación tanto con la forma del teatro noh que la precedió y la forma de la danza kabuki la cual se desarrolló hacia la misma época que esta. Una descripción del contenido de estas ocho secciones revelará algo de estas relaciones.


Oki u okiuta es la canción introductoria que establece el modo y escena. Esta cumple la misma función que la primera unidad de la forma noh. Michiyuki presenta los personajes en una forma similar al michiyuki de la forma noh. Sin embargo, debido a que el número de personajes es mayor en la mayoría de obras de títeres, el uso de michiyuki es más flexible que en noh. Encontramos en las dos formas el uso de una sección sensible/romántica llamada kudoki, a veces después de michiyuki. Monogatari o la sección narrativa puede ser comparada con el mondô de la forma noh, ya que los dos se concentran en desarrollar la historia de tal forma que alcance el clímax acorde con el tratamiento musical. La canción (uta) y la danza (odori) dan oportunidades para que el cantante y los titiriteros respectivamente, muestren sus talentos. Estas secciones también reflejan la orientación de la forma dramática noh en la cual las secciones kuri y kuse proporcionan oportunidades similares vocales y terpsicóreas para el actor principal. Debido a que líneas de diálogo como tal están más altamente desarrolladas en las obras de títeres, hay una necesidad de mayor exposición de la historia de lo que es normalmente requerido en el teatro noh. Por tanto, existe una sección miarawashi en la cual el tema central del argumento es traído hasta su clímax. Como en el noh, este segundo clímax ocurre más frecuentemente en el segundo acto de la obra, dándole así al cantante y los titiriteros una oportunidad de construir una vez más el tipo de clímax que lograron en el primer acto.


La palabra chirashi en jôruri, como en la forma kumiuta, indica un final. En la práctica hay varios pequeños chirashi antes de que se dé el desenlace final.


Con la introducción de la forma jôruri nos confrontamos con la forma dramática completa comparable con aquellas conocidas en occidente. Noh tiene elementos de la misma actitud dramática, pero el extensivo uso de alusiones en las historias hace que su atractivo dramático sea más especializado. Jôruri fue construido para un público general y por tanto se vio forzado a ser más obvio y melodramático en su estructura. Debido a que el teatro Kabuki también compitió por el mismo público, uno puede esperar encontrar una orientación similar en las articulaciones formales de ese arte. La corroboración de esta expectativa se hace evidente en la sección que sigue.


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