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LA HISTORIA DEL BUNRAKU
por Toshio KAWATAKE ©
4. El Jôruri y El Shamisén
Se dice que el estilo de recitación narrativa conocido como Heikyoku, o el estilo de narración Heike-biwa, que tiene una historia muy larga, es el precursor del jôruri.
La recitación tipo juglar o entonación de una historia en forma cantada ya era muy popular hacia finales del período Heian (siglos XI y XII) como un arte escénica era básicamente de la esfera de los monjes itinerantes ciegos. Entre las presentaciones las más populares fueron las que eran acompañadas con biwa o con ogi-byoshi y que hablaban del origen de los templos y santuarios, de cuentos relacionados con el Budismo, o que se referían a leyendas. La melodía estaba basada en un método de declamación de escrituras budistas llamado tendai shômyô, el cual había sido introducido desde China hacia el siglo IX.
Posteriormente, con el fin de la guerra entre los clanes Minamoto y Taira, se crearon grandes cantidades de documentos de relatos de incidentes ocurridos durante la guerra. La narraciones de la caída de los Taira, como se encuentran en la Historia del Clan Heike, se adaptaban muy bien a los tipos de sentimientos que se podían producir con el laúd biwa, y consecuentemente esto recibió una gran acogida por parte de la gente. Así fue como se crearon las formas narrativas conocidas como Heike-biwa.
Sin embargo, hacia comienzos del siglo XVII cuando la Edad Media estaba llegando a su fin, las representaciones Heikyoku se deterioraron hasta el punto de convertirse en meras repeticiones maneristas, y así surgió la necesidad de una nueva forma de narración. El jôruri entonces apareció como una respuesta a esta necesidad.
El nombre jôruri fue tomado de una composición en doce partes para laúd biwa titulada Jôruri-hime Monogatari (La Historia de la Princesa Jôruri; jôruri significa lapis lazuli, una piedra semipreciosa). Esta historia habla sobre el amor puro de la Princesa Jôruri hacia el joven Ushiwakamaru, quien posteriormente sería conocido como Yoshitsune. La princesa era la hija de un hombre acaudalado que vivía cerca a la actual Nagoya. Ella no era una chica ordinaria sino que nació como resultado de la fuerte pasión religiosa de su padre hacia una imagen de la deidad budista Yakushi Nyorai. Por tanto era una mujer celestial. Ushiwakamaru, quien estaba de paso, fue invitado a la casa de la princesa en donde tuvo una noche apasionada al lado de ella antes de proseguir con su viaje. Luego de cierto tiempo de viaje el joven se enfermó y gracias a los cuidados de la princesa y del poder de Buda se recuperó. Luego de esto él agradeció a la princesa por su ayuda y continuó su viaje.
Esta historia es muy sencilla y un tanto naife. La pureza del amor sirve para crear un sentimiento cálido y agradable. Esta historia transmite una atmósfera de romanticismo libre de la corte Heian y está en claro contraste con el estilo pesimista de la ineludible fatalidad que caracterizó a las historias épicas en su época. Por esto jôruri tuvo un fuerte atractivo para la gente.
La historia de la Princesa Jôruri se convirtió en la favorita por generaciones, y su nombre llegó a usarse en el lenguaje diario convirtiéndose luego en un apelativo para todas las nuevas formas de recitación. Debido a que existe un registro escrito de un diario de viaje escrito por un poeta de nombre Socho, fechado en 1531, y que dice que cuando se quedó en un hospedaje "un monje cantó jôruri", podemos suponer que la historia se originó antes de la fecha del diario.
Durante la era Eiroku (1558-69) ocurrió un evento revolucionario en cuanto que determinó la naturaleza fundamental de la música, danza y teatro premodernos. En el puerto de Sakai, al sur de Osaka, el shamisén, un laúd hecho con piel de serpiente, fue traído desde Okinawa. Este instrumento, más liviano que el biwa en términos de peso, apariencia y música, se hizo popular entre la gente a costa del biwa y el ogi-byoshi, y se hicieron populares nuevos estilos de canciones narrativas similares a jôruri, con el acompañamiento del jabisén. Sin embargo, debido a que no se existían en Japón pieles de serpiente suficientemente grandes como para cubrir el cuerpo del instrumento, se adoptó el uso de la piel de gato. De esta forma el jabisén fue "naturalizado" como instrumento musical japonés y llamado shamisén, y se produjo un cambio en los sonidos utilizados para acompañamiento.
La primera persona en usar un shamisén y recitar jôruri fue Sawazumi Kangyo de Kyoto. El hecho de que todos los músicos gidayû en la actualidad usan "sawa" o "zawa" en sus nombre artísticos (tales como Toyozawa, Tsuruzawa, Takezawa y Nozawa) demuestra el reconocimiento que estos hacen a la contribución de Sawazumi. Aunque algunos dicen que la primera ejecución fue de otra persona, Takino Koto, en cualquier caso los dos eran músicos ciegos que fueron recitadores en la tradición del Heike-biwa.
Fueron los discípulos de estos pioneros quienes amalgamaron la música de shamisén, la narrativa jôruri y los títeres. El discípulo de Sawazumi, Manukiya Chuzaburo, se unió a un titiritero de la isla de Awaji, y el discípulo de Takino, Kammotsu, trabajó con un titiritero llamado Jirobei de Nishinomiya en la costa del mar interior. Tanto en la isla de Awaji como en Nichinomiya existe todavía la tradición del antiguo teatro de títeres en las regiones donde se originó.
Por este medio, las representaciones religiosas, la literatura narrativa y la música se combinaron en una sola. Pero lo que merece mayor mención aquí es que Chozaburo fue también un maestro constructor de ornamentos para empuñaduras de espadas y, a diferencia de los monjes ciegos ya mencionados, fue un hombre común de ciudad. Es decir, que ya por esa época eran los habitantes comunes los que controlaban la forma dramática dominante y no los aristócratas, quienes tuvieron a su cargo las formas escénicas durante los periodos anteriores. Es más, esta es una seña de que el teatro de títeres ya había dejado atrás las historias de milagros y promulgación de los mitos budistas y se había desarrollado hasta un nivel humano, reflejando la vida diaria en una forma realista.
En otras palabras, la forma teatral conocida como Ningyô Jôruri fue creada por gente del común. Esto ocurrió tan solo diez años antes de que Okuni danzara en las riveras del río en Kyoto lo que posteriormente llegaría a convertirse en Kabuki. Era también la misma época en la que se estaban haciendo funciones públicas de las obras de Shakespeare en las riveras del río Támesis al otro lado del mundo.
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