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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

TEATRO NOH: PRINCIPIOS Y PERSPECTIVAS

por Kunio KOMPARU ©


Traducido y publicado bajo autorización de

Floating World Editions



Parte Uno: Principios y Perspectivas


1. Santidad y Magia: Dos Características Fundamentales


1.2. La Magia de la Técnica



Si la santidad es la base de un diálogo con los dioses, entonces la magia es un producto de fe y conocimiento humano que proviene de la vida cotidiana.


Además del Dengaku rural, en los comienzos del Noh se incorporó Sarugaku, desarrollado de una gama de formas de entretenimiento, incluyendo parodias cómicas, mímica, danzas, canciones populares, acrobacia, y actos mágicos a través del Shushi o Noronji. Su arte estaba relacionada con Hoe, en el que las leyes de magia fueron puestas en escena como entretenimiento al igual que los rituales sagrados son interpretados como danzas en Okina. Debido a que vestían trajes sofisticados y se desplazaban con velocidad, sus interpretes eran también conocidos como Shushi-hashiri, o "carrera de magos". Más tarde este creció independiente y la técnica de magia permaneció en Noh en nombre, concepto y estructura. Incluso hoy Shushi-hashiri es el nombre empleado para el Okina que es danzado en las afueras del templo Kofuku-ji y el santuario Kasuga en Nara, algo que se ha mantenido por siglos.


La palabra "magia" se refiere tanto a los actos o técnicas de conjurar como a la invocación casi religiosa de ciertos fenómenos utilizando el poder de los seres sobrenaturales y de las fuerzas místicas. Tradicionalmente en la cultura Europea la magia ha sido dividida en blanca y negra: la magia blanca es buena y usa el poder de los ángeles, y la magia negra es mala y utiliza el poder de los demonios. En Japón sin embargo, la magia no es vista como el poder de otros seres sino como un poder sobrenatural que todos los seres humanos poseen cuando creen sin ninguna duda - es decir, es el poder de la voluntad. Existe por ejemplo la fotografía psíquica, un acto que podríamos llamar semi-espiritual, en el cual el sujeto en algún espacio no especifico, de frente a la cámara, concentra su atención y piensa en algo haciendo que la imagen aparezca en el rollo fotográfico. Esto es magia, un acto destinado a realizar un fenómeno que trasciende la naturaleza física a través del poder místico del alma humana.


En Noh, si la máscara de Okina simboliza santidad y su postura indica el descenso del dios, entonces las otras máscaras, en particular las máscaras de mujer, simbolizan magia. Justo antes de salir a escena el Shite se sienta frente al espejo (en el cuarto del espejo) confrontando su propia imagen reflejada y se coloca la máscara. Al contemplar atentamente la figura en el espejo a través del pequeñísimo orificio de los ojos, nace una clase de poder de voluntad y la imagen -otro yo, es decir, un otro- empieza a aproximarse al yo interno cotidiano del actor y eventualmente el yo y su otro se incorporan entre si para convertirse en un simple ente trascendiendo el yo y el otro. Esto también lo podríamos llamar magia llevada a cabo a través del poder de la voluntad: las funciones del espejo y de la máscara emergen como cuando un espíritu es encarnado y el yo transformado por la magia de la autosugestión fortalecida. Cuando llega el momento de ir al escenario él fija en su mente la etapa tanto del espejo y de si mismo como de la imagen y luego se dedica completamente a la magia de la representación, que es pensada para ser compartida con el público y su mente grupal. Esta es la forma en que el actor está destinado a realizar su representación.


Como lo discutiremos más tarde, la estructura básica del Noh es tripartita: esta está dividida en dos actos, Maeba y Nochiba, con la retirada (Nakairi) del Shite entre los actos, tiempo durante el cual un actor kyôgen generalmente aparece sobre el escenario. Cuando el actor ha finalizado su primer acto, él se retira al cuarto del espejo donde se cambia de traje y de máscara y de nuevo se transforma, esta vez en el personaje que va a interpretar en el segundo acto. Esto requiere un momento de conciencia ya que el cambio con frecuencia envuelve una transformación en un personaje muy diferente: por ejemplo, se pasa de un anciano a un brillante joven dios, o de una joven hermosa a el fantasma de un guerrero. Esta doble transformación del alma, que hace que un actor participando en juntos actos en la interpretación de dos personajes diferentes, es al mismo tiempo una trasformación efectiva que ocurre sobre el escenario y la magia de la estructura del Noh. En muy raras ocasiones hay dos actores principales, uno para cada acto, pero una verdadera creación no es de importancia sin la total transformación del ser, que es la intención básica del Noh.


El Noh es siempre la creación del intérprete y del público, un acto de invocación de los espíritus, la transmutación del drama dentro de la realidad. Por lo tanto el intérprete es siempre un alguien y alrededor de ese alguien central es creado el universo llamado Noh. El intérprete no está allí como parte de un evento; mas bien, la llegada del intérprete a través de la magia de la transformación es el evento dramático. En el estilo propio del poeta y dramaturgo francés Paul Claudel (en Mes idees sur le theatre, "Le theatre japonais", 1926), "Le drame, c'est quelque chose qui arrive, le No, c'est quelqu'un qui arrive". (El teatro es algo que sucede, Noh es alguien que sucede). La cualidad mágica del Noh no es solamente visual. Las reverberaciones de los ritmos que contienen la magia de la música Noh y el sentimiento de éxtasis que podríamos incluso llamar religioso, provocado por el canto unísono del coro, sirve para separar la conciencia del público de la realidad. Cuando el encuentro de una persona con el Noh se limita a lo visual, esta persona no puede en realidad ver el Noh. Solo a través del nublamiento de la conciencia de la realidad y la liberación del ser dentro de la música, el ojo de la mente es abierto y el alma es poseída; es entonces cuando el verdadero Noh, hasta ahora invisible, cobra vida y resplandece.


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