En Progreso
TEATRO NOH: PRINCIPIOS Y PERSPECTIVAS
por Kunio KOMPARU ©
Traducido y publicado bajo autorización de
Floating World Editions
Parte Dos: Elementos y Patrones
9. El Escenario de Noh, espacio simbólico
9.1. La Naturaleza Simbólica del Espacio
9.1.1. El Techo
La primera vez que la mayoría de gente entra a un teatro de Noh se sorprenden por el hecho de que el escenario tiene un techo sobre este. Por qué tiene techo un escenario dentro de una edificación cuando no hay necesidad de protección del sol o de la lluvia? Por supuesto esto tiene una explicación histórica: el escenario del Noh fue originalmente una estructura independiente y fue introducida a una edificación tan solo hacia mediados del siglo XIX. Pero existen razones más importantes que el precedente histórico para la presencia de un techo.
La primera razón es que el techo simboliza la santidad del espacio bajo él. Cualquier techo caracteriza al espacio que cubre, y el techo del escenario Noh testifica sus orígenes en la arquitectura sagrada de los santuarios (Fig. 27): los techos de paja o tejamaníes de corteza de ciprés en el estilo formal de caballete y faldón, el estilo semiformal de faldón, u ocasionalmente, el estilo informal de cuatro vertientes representan el pabellón de adoración (haiden) o el pabellón de las danzas sagradas (kagura-den) de los santuarios Shintoístas. La ceremonia del té se celebra normalmente en recintos interiores, pero cuando es ejecutada al aire libre (en la forma llamada no-date), se erige una gran sombrilla para demostrar la naturaleza especial del espacio bajo ella, en el cual se celebra la ceremonia, el asta representando las columnas sobre las que iría apoyado el techo. En forma similar, la lucha Sumo, una forma de entretenimiento asociada con Sarugaku, del cual el teatro Noh también se desarrolló, se lleva a cabo bajo un techo suspendido sobre el cuadrilátero desde el techo del edificio de la arena. El techo esta construido en el estilo llamado shinmei-zukuri, usado generalmente para indicar la morada de un dios.
La segunda razón para la existencia de un techo sobre el escenario de Noh es que este simboliza la unidad del espacio teatral. En gran parte de la arquitectura japonesa el techo se extiende más allá de los bordes de las habitaciones para abarcar uno o mas estratos de los corredores y arcadas circundantes. Con postigos entramados que pueden ser elevados y paredes que pueden ser desplazadas o retiradas, estas estructuras dan la sensación de que el exterior y el interior son uno, evidencia quizás de un deseo por la unión con la naturaleza. El techo de un escenario Noh también se extiende más allá de los límites del mismo escenario. Esto es importante porque la participación de tanto el espectador como los intérpretes es necesaria en la creación de una obra de Noh, y por tanto debe existir la sensación de un solo espacio Noh, construido del espacio "interior" del escenario y el espacio "exterior" del público. El techo crea este sentido y representa el intento por hacer de los dos espacios uno.
La tercera razón para la existencia del techo es que este define el escenario Noh como una entidad arquitectónica. La arquitectura tradicional japonesa está basada en un sistema modular: el modulo era el ken (la distancia desde el centro de una columna hasta el centro de la próxima en una estructura de tipo columna y dintel; es igual a seis shaku, cerca de 5.96 pies); las proporciones eran reguladas por el método llamado kiwari; la construcción se hacía de acuerdo con la técnica del compás y la regla llamado kikujutsu. El arte de kiwari aseguraba proporciones que no solo sonaban físicamente sino que también eran estéticamente placenteras. Con este conveniente sistema, un constructor era capaz de determinar las dimensiones y posiciones de todas las columnas y vigas trasversales (y así, la cantidad de madera necesaria para la edificación) tan pronto como se fijaba el área del piso; esta área era generalmente de tres ken cuadrados (cerca de 320 pies cuadrados). Como el escenario el Noh está construido de acuerdo con este sistema, y es un espacio tridimensional hermoso de una altura apropiada a su ancho y profundidad, es tan solo natural que haya un techo que defina este espacio. El cielo raso no es una superficie plana paralela al escenario sino una superficie inclinada, como una V invertida, que proporciona buena acústica con la reflexión difusa del sonido. El poste rígido que lo atraviesa y que es visible, sirve un propósito tanto práctico como estructural: este se usa para suspender la campana del templo en la obra Dôjô-ji. Un techo también cubre el puente por supuesto, y los principios de kiwari dictan que el espacio más angosto sea cubierto por un techo proporcionalmente más bajo apoyado por columnas proporcionalmente más delgadas. Esto de nuevo muestra la importancia del escenario como una entidad estructural particular, no solamente como una plataforma decorada.
Por tanto el techo existe para definir el espacio Noh como sagrado, unificado y arquitectónicamente discreto. También me gustaría mencionar una forma de edificación tradicional surgida de la configuración de la estructura dentro de una estructura del teatro Noh moderno, el saya-dô (hall encerrado) u ôi-dô (hall cubierto). En esta forma se protege una edificación importante de los elementos al colocar otra edificación a su alrededor. Quizás el ejemplo más famoso es el Hall Dorado (Konjiki-dô) en Chûson-ji, un templo al norte de Japón. La vieja construcción exterior fue recientemente reemplazada con una estructura moderna de concreto y vidrio, pero ocurre que el Hall Dorado en sí es de las mismas dimensiones que un escenario Noh. También es interesante de anotar que el escenario Noh más antiguo que existe, una estructura exterior en el Nishi Hongan-ji en Kyoto (Fig. 28), el área donde la gente se sienta a ver Noh es una galería de piso de tatami entre la terraza de madera y las habitaciones interiores de la edificación de un templo adyacente al escenario, y la galería es conocida como saya-no-ma, o cuarto encerrado. Uno se pregunta si esta nomenclatura es tan solo una coincidencia.
Si el saya-dô fue una fuente para el diseño del teatro Noh (nohgaku-dô), esto explicaría por qué se usa la palabra dô, en vez de za (asiento o lugar, como en Kabuki-za) o gekijô (la palabra moderna para teatro).
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