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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

SHIN SARUGAKU
por Yoshinobu INOURA ©


4. Representaciones de Nuevo Sarugaku

La Crónica del Nuevo Sarugaku menciona 28 piezas de esta forma de arte. De acuerdo al contenido y linaje estas pueden ser divididas en cuatro grupos.

1. Piezas Sarugaku encontradas en otras artes de entretenimiento popular en la época.
2. Sarugaku originado en el Viejo Sarugaku.
3. Miscelanea de fragmentos de Sarugaku predramático tal como la mímica de un artista solista.
4. Sarugaku de mímica dramática.

El primer grupo comprende cuatro piezas: Noronji, que es acerca de hechicería; Hikihito no Mai, la danza de un enano; Dengaku, danza y canción que se originan en los ritos de plantación de arroz; Kugutsu, interpretado por bailarines o títeres.

El segundo grupo comprende cuatro piezas: Tojutsu, trucos originados en la dinastía T`ang de China; Shinadama, acrobacia con rocas; Ringo, diábolo; y Yatsudama, malabarismo con 8 bolas - artes de acrobacia y de conjuro originadas en Sangaku.

El tercero comprende cuatro piezas: Hitori Sumai, o lucha solitaria; Hitori Sugoroku o backgammon solitario, siendo los dos mímicas interpretadas por un solo hombre; y dos danzas de leones llamadas Mukotsu y Ukotsu.

El cuarto grupo comprende 16 piezas que pueden ser llamadas ¨apuntes dramáticos¨, y que muestran muy bien las características del Nuevo Sarugaku. Estas forman el cuerpo principal de este arte. Las piezas en este grupo muestran:

1. la forma y postura burlesca de un viejo magistrado local (tairyo);
2. los movimientos graciosos de los brazos y piernas de un oficial de clase baja (toneri), acompañado de las melodías cómicas de una canción, quien está pescando pequeños langostinos;
3. un monje en un cargo importante en un templo en la montaña cerca a Kyoto, quien asustado por algo, arremanga sus anchos panatalones y corre en pavor;
4. una mujer de edad considerable, de una respetable casa en algún lugar de Kyoto, que a pesar de su edad cubre su sonrojada cara con un abanico;
5. un ciego errante que narra canta historias al acompañamiento de un laúd biwa;
6. los oradores profesionales de la buena fortuna, llamados senju manzai, un tipo de mendigo, quienes rezan por el éxito de la elaboración del vino;
7. uno que, habiendo comido tanto que sus costados estan adoloridos, golpea su panza y mueve su esternón;
8. el movimiento gracioso de los músculos del cuello del bailarín de Ibojirimai, la imitación de las acciones de una mantis;
9. un reverendo monje quien olvidando sus votos de renuncia a las cosas terrenales, codicia una estola de colores;
10. una monja respetable quien habiendo quedado embarazada, busca pañales para el bebé que ya pronto va a nacer;
11. una dama de alto rango (koto) de la corte, quien usualmente tiene su rostro cubierto con un velo, se ve un día expuesta porque olvidó cubrir su rostro con un abanico;
12. un oficial (kurodo), que se creía era una persona seria, un día silva sin intención la tonada de una flauta;
13. el humor de un joven oficial de bajo rango personificando a un viejo en la danza Sakammai;
14. el humor de una joven maquillada en exceso y quien está al servicio de un santuario (miko), coqueta como una cortesana;
15. un hombre en Kyoto, como corresponde a un hombre de ciudad, disfruta de chistes sencillos;
16. finalmente, un campesino que está de paso por Kyoto, se siente confundido en calles desconocidas, y esta escena conecta con la pieza anterior.

De las 16 piezas que pertenecen al cuarto grupo, las que están en la segunda mitad del listado parecen ser ricas en elementos dramáticos y una fuente potencial para una mayor elaboración como teatro.

Las piezas de todos los grupos fueron posiblemente hechas en forma más efectivas con la utilización de ingenioso maquillaje y utilería. Se cree que mientras el interés estaba centrado en los temas listados anteriormente, existían partes introductorias y conclusorias antes y después de las partes centrales. Posiblemente se incluían libremente diálogos, monólogos, canciones y danzas entre las piezas y se tocaba música cuando se requería. Juzgando por el tema central, parece bien fundamentada la descripción de Akihira sobre el público, al decir que consistía de gente de diferentes formas de vida. A partir de esto se sabe que se desarrolló en la época un tipo colorido de ¨entretenimiento¨ y que se hicieron esfuerzos para hacer uso de dichas formas en la creación de formas originales de arte. Los hombres relacionados con el Nuevo Sarugaku trataron de encontrar efectos cómicos en las sátiras y chistes que hacían parte de la vida de la gente, y con esto tuvieron éxito. Esta es la razón de por qué el Nuevo Sarugaku prosperó. Los programa de Nuevo Sarugaku estaban compuestos de una variedad de obras de diferente tipo, teniendo en cuenta el lograr un mejor efecto en el programa como un todo. Los líderes del Nuevo Sarugaku se encargaron de controlar el desarrollo del programa en forma experta y efectiva y los acompañamientos musicales se hacían de acuerdo con las obras. El Nuevo Sarugaku fue en todos sus aspectos una forma de teatro completamente articulada.

Fujiwara no Akihira trató de hacer observaciones críticas sobre el estilo y mérito de diez famosos intérpretes de Nuevo Sarugaku de su época. Entre los diez dos se destacan solamente por sus defectos y cuatro son especialmente elogiados por sus verdaderas destrezas. Estos cuatro son Hakuta, Jinnan, Joen y Keino, cuyos nombres también aparecen en un diccionario del siglo XIX, el Nichureki, que lista a artistas profesionales de diferentes estilos. Akihira habla de ellos diciendo que son ¨exquisitos más alla de toda descripción¨, ¨santos¨, ¨divinos¨ y prosigue luego describiendo su apariencia facial y corporal. El realto es sencillo pero es lo suficientemente sugestivo como para indicar los ideales de sus representaciones y la elevada conciencia artística que ellos mantenían. Reconociendo que Akihira no está libre de exageraciones ocasionales y que era propenso a favorecer el arte de tipo popular, un así debe admitirse que el Nuevo Sarugaku tenía suficiente valor intrínseco como para ganarse comentarios del pincel de un hombre que era un instructor en literatura en la corte imperial.

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