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ESTILOS DE TÍTERES REGIONALES
Kuroda Ningyô
Proveniente de la ciudad de Iida, en la prefectura de Nagano. Se dice que se origina durante el período Genroku (1688-1704). Se cuenta que por la época fue un monje el que empezó a enseñar las tres artes necesarias en el teatro de títeres conocido como Ningyô Jôruri -de donde surgió el sofisticado Bunraku: la narración Gidayû, la interpretación del laúd Shamisén que acompaña el canto y da atmósfera a las escenas, y la manipulación de títeres.
Con el aumento de practicantes de estas artes posteriormente se construyó un escenario, el cual en la actualidad es considerado como Patrimonio Cultural Intangible Folclórico de Japón.
Las características técnicas de los títeres de Kuroda Ningyô son muy similares a las del Bunraku, aunque la diferencia es que la mayoría de practicantes son aficionados. Los títeres más grandes son manipulados por tres titiriteros. El jefe del trío manipula la cabeza con su mano izquierda y el brazo derecho con su mano derecha, el segundo manipula el brazo izquierdo y el tercero se encarga de los pies. En el caso de algunos títeres femeninos en los que el kimono hace que no sea necesaria la utilización de piernas, usualmente se requieren de tan solo dos titiriteros. Para personajes de niños y personajes secundarios los títeres son mucho más sencillos y requieren de tan solo un titiritero.
Las voces y narración van usualmente a cargo de un narrador, aunque cuando hay más de tres personajes este número aumenta. En ocasiones el mismo narrador interpreta el instrumento de cuerdas shamisén, pero a veces la narración y el instrumento lo hacen personas diferentes (para más detalles técnicos sobre este tipo de teatro de títeres, vea los artículos sobre el Bunraku)
La importancia del teatro de títeres en la ciudad de Iida generó hace más de 30 años el establecimiento del gran Festival Internacional de Títeres de la Ciudad de Iida.
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