En Progreso
EL PODER DE OKINAWA
Las Raíces Musicales de las Islas Ryûkyû
Por John Potter
1. Las Raíces de Ryûkyû
El Sanshin y sus acompañantes
Los instrumentos típicamente empleados en la música de Okinawa son prácticamente los mismos a los usados durante toda la historia, con adiciones ocasionales de instrumentos occidentales modernos hechas por músicos tales como la guitarra, el bajo, la batería y teclados. Los músicos interpretan a veces con un simple acompañamiento de sanshin -o incluso sin acompañamiento- o desde la década de 1970 con todas las opciones de las bandas de rock fusionadas.
El hilo conductor que se encuentra en la música y que le da su sonido típico okinawense es el shanshin. A veces llamado el rey laúd, su sonido es a veces comparado con el del banjo, y es más comúnmente considerado en Japón como una variación del shamisén. Pero el sanshin antecede al shamisén japonés y surgió del sanxian chino que es de mayor tamaño. Mientras que el shamisén japonés tiene una gran caja de resonancia cuadrada cubierta usualmente piel de gato y se toca sentado, el sanshin okinawense tiene una caja de resonancia redonda cubierta con piel de serpiente, es más pequeño, y se toca ya sea sentado o parado. Tiene un largo cuello de ébano que está cubierto de laca usualmente negra. Al igual que se le conoce como “sanshin”, con frecuencia también se refieren a él simplemente como shamisén en Okinawa, al tiempo que en las islas centrales de Japón también se le conoce como jamisén (este es un juego de palabras en japonés, ya que “ja” significa serpiente). Al igual que el shamisén japonés, este tiene tres cuerdas (san en japonés significa tres, y shin, cuerda) y actualmente se interpreta usualmente con una uña similar a la de las guitarras. Existe también un implemento más tradicional para pulsar las cuerdas el cual se le conoce como bachi y es hecho de cuerno de búfalo el cual va puesto sobre el dedo índice. Por supuesto el sanshin también puede pulsarse con los dedos. Es lo suficientemente versátil como para ser amplificado para que se acople muy bien a la sonoridad del rock moderno. Durante la Segunda Guerra Mundial los siempre recursivos okinawenses compensaban la falta de música construyendo un sanshin improvisado al que llamaron kankara-sanshin, empleando latas de comida como cajas de resonancia y textil de paracaídas para elaborar las cuerdas. Réplicas modernas del kankara-sanshin ahora se venden a turistas en Okinawa.
El sanshin es principalmente empleado para acompañar el canto. Su gran atractivo está en la habilidad para llenar los espacios entre las palabras, en acompañar las canciones y envolver las historias que se cantan. Así que aunque hay grandes intérpretes de sanshin, generalmente no los encontrará haciendo largos solos como los que hace un guitarrista de rock.
Otros instrumentos que se encuentran con frecuencia en la música de Okinawa incluyen koto -o arpa de Ryûkyû, de hecho es una cítara pequeña y familiar de la cítara koto japonesa; sanba (o claves) -que son tres piezas de madera que se sostienen con una mano mientras que con los dedos de la otra mano se toca al estilo de una castañuela; y shimadaiko (tambor isleño), tambores de tamaño grande y mediano. El tambor más pequeño que se sostiene en la mano es conocido en Okinawa como parlanku (paranku). Todos estos tambores isleños son generalmente utilizados en eisa. Fue o flauta a veces se encuentra en la música de Okinawa, especialmente en los estilos más clásicos. En la actualidad no es raro ver el mandolín o incluso el violín siendo interpretados al lado del sanshin en algunos grupos de estilo folclórico, al tiempo que con frecuencia se agregan a la mezcla instrumentos eléctricos modernos asociados con las bandas de rock. Silbar es también parte de la música de Okinawa, al igual que exclamaciones, gritos y frases vocales agudas repetitivas sin significado que se cantan como acompañamiento y que se conocen como hayashi. Pero fundamentalmente son el canto y el sanshin los que definen la música. El sanshin es sin duda el sonido de Okinawa y donde quiera que vaya en las islas Ryûkyû es muy probable que escuche sus sonidos familiares saliendo de las casas, tiendas, cafés y bares.
Ya para el siglo VII los chinos habían estado durante varios siglos buscando el secreto supremo -el secreto de la vida eterna. Creían que en los mares del este existía una Tierra de Inmortales Felices. En el año 608 los chinos finalmente llegaron a una tierra que creían era el lugar que habían estado buscando. Los isleños primitivos que encontraron hablaban un idioma que tan solo ellos mismos podían entender. Estos se rehusaron a aceptar el domino chino y cerca de mil de ellos fueron apresados y conducidos a China. La localización exacta de estas islas nunca ha podido ser determinada con certeza pero es muy posible que esta fuera la isla principal de Okinawa o las islas justo al norte de esta. Después de todo la inmortalidad siguió permaneciendo como un secreto, pero en cierta forma los chinos se acercaron a este secreto. Pudo ser debido a su estilo de vida relajado y su existencia pacífica rodeados de música y danza que los okinawenses hacia finales del siglo XX tenían el promedio de vida más alto en el mundo?
La longevidad de la gente de Ryûkyû llamó la atención del mundo en 2001 cuando esta se convirtió en tema de un estudio publicado originalmente en inglés como The Okinawan Program. Los autores acreditaron este gran logro básicamente al estilo relajado de los isleños y a su saludable dieta, vida activa y su integración dentro de las comunidades. Aunque las mujeres okinawenses todavía están en el primer lugar en el mundo en términos de promedio de vida, sus contrapartes masculinos han caído, debido quizás a su afición por disfrutar demasiado del tiempo libre -trasnochos, comidas rápidas, demasiado licor y menos ejercicio en la cultura dominada por los automóviles en la isla principal, lo que los ha afectado.
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