En Progreso
EL PODER DE OKINAWA
Las Raíces Musicales de las Islas Ryûkyû
Por John Potter
2. La Música del Pueblo
Voces de la gente
Minyo y shimauta son términos que se refieren a las canciones folclóricas de Okinawa. Sin embargo, las palabras no se pueden utilizar indistintamente ya que se refieren a orígenes más bien diferentes de estas canciones. Minyo son lo que comúnmente se considera como canciones folclóricas tradicionales. Estas son usualmente canciones antiguas que se desarrollaron entre la gente común y no tienen un autor conocido. La palabra “minyo” es ampliamente usada en las islas centrales de Japón al igual que en Okinawa, pero shimauta es un término más nuevo exclusivo de Okinawa y no llegó a tener un uso generalizado sino tan solo hasta la década de 1970. Este término normalmente se refiere a las canciones folclóricas modernas que fueron adaptadas o actualizadas a partir de las minyo tradicionales y también a las canciones originales más recientes y que comenzaron a ser escritas a partir de la década de 1920. Desde los años 90 shimauta ha tomado un nuevo y si se quiere vago significado para simplemente referirse a la “música de Okinawa” para muchos japoneses de las islas centrales quienes compraron en gran cantidad el sencillo moderno pop “Shimauta” de la agrupación The Boom residente en Tokyo.
El muy prestigioso cantante e intérprete de sanshin Yasukatsu Oshima, quien proviene de la isla de Ishigaki, prefiere evitar el uso de la palabra minyo para describir su música a angloparlantes y emplea simplemente el término “canciones tradicionales”. Para él -y posiblemente para otros músicos okinawenses- el término “minyo” está muy fuertemente asociado con el territorio central del Japón, ya que fue originalmente creado durante el período Meiji (1868-1912) por folcloristas japoneses para referirse a todas las canciones tradicionales japonesas y no se refiere para nada a la música de las islas Ryûkyû ni a Okinawa. Algunos okinawenses prefieren tan solo emplear los términos uta o shimauta para hablar de sus canciones antiguas. Oshima se siente incómodo cuando los extranjeros dicen: “Hay minyo en Okinawa”, ya que no es una palabra original de su gente. Mientras que reconoce que los académicos que emplean la palabra minyo no están equivocados, él más bien prefiere que las canciones okinawenses estén claramente separadas de las minyo japonesas. Dada la dolorosa historia de las islas bajo el dominio japonés, y el hecho de que la cultura de Okinawa es muy diferente de la de Japón, esto se puede entender. Sin embargo, debido a que se necesitaría de otro libro para entrar en este debate en forma más profunda, el término global minyo se seguirá usando para nuestro propósito.
Originalmente el término shimauta se aplicó a las canciones de las islas Amami, las cuales se encuentran al norte de Okinawa y aunque parte de la cadena Ryûkyû está ahora oficialmente incluida dentro de la Prefectura de Kagoshima al sur de Kyushu. Este término está compuesto de dos palabras: shima (isla) y uta (canción), pero en Amami la palabra shima se refería a la aldea de una persona nativa. Las canciones que surgieron en cada aldea eran shimauta y esto podría variar enormemente de un lugar a otro dentro de las islas, y las canciones de cada aldea tenían sus propios temas y estilos.
La escala musical encontrada en las canciones okinawenses es usualmente diferente de la escala occidental. Más comúnmente es la escala pentatónica la que proporciona las bases para la música en las canciones de Okinawa. Esta escala es “do, mi, fa, sol, si” y por tanto omite dos notas: “re” y “la”. Esto ayuda a darle a las canciones un sonido okinawense muy distintivo. Sin embargo, tan solo en Amami, que está a mitad de camino entre la isla principal de Okinawa y el centro de Japón, se emplea la escala ritsu. Esta escala (do, re, mi, sol, la) es la misma que se encuentra en las canciones folclóricas japonesas, lo que hace que la música de Amami suene menos okinawense y más japonesa.
Hay muchas canciones que se encuentran a lo largo y ancho de las islas Ryûkyû, pero pueden categorizarse en general en cuatro grupos de acuerdo con las principal agrupaciones de islas. Además de las canciones de Okinawa-honto, más hacia el sur hay canciones de los grupos de islas de Miyako y Yaeyama y hacia el norte las canciones de las islas Amami. Como lo hemos visto, los temas de estas canciones al igual que el estilo de música y cantos también varían.
En la isla principal de Okinawa la música y el canto tienden a ser más sofisticados y suaves. El mayor número de gente vive allí y es el antiguo hogar de la corte de Ryûkyû y donde el reino se desarrolló y donde empezó a aventurarse a comerciar con otros países. Por consiguiente hay muchas influencias y las canciones tienen tanto sabor clásico al igual que las canciones del pueblo.
Aunque en la isla principal se ha producido el mayor número de canciones conocidas hoy, las canciones de los otros grupos de islas son también abundantes y de gran interés. Las canciones de Miyako, caracterizadas por sus temas tristes y hermosas melodías, son con frecuencia el legado de la historia triste de la isla que ha enfrentado tifones y desastres naturales, al igual que de los efectos de los severos impuestos aplicados a Miyako en el pasado. Por otro lado las islas Yaeyama en el sur, que se extienden hacia Taiwan, son muy conocidas por sus cantos de trabajo llamados yunta, y también por sus canciones de festividades conocidas como jiraba. La principal diferencia entre estas parece ser que simplemente jiraba tiene una velocidad más rápida que yunta -pero yunta puede convertirse en jiraba acelerando el ritmo.
Son las canciones de Amami las que muestran un mayor contraste con la música de otras islas Ryûkyû. Estar entre Okinawa y el centro del Japón quiere decir que la música de Amami se ha convertido en un especie de mezcla entre lo okinawense y lo japonés. Por tanto la música de Amami está aparte de todas las otras islas y tiene un poco más en común con la música japonesa. Como tal es quizás un poco menos interesante para los aficionados a la música de Okinawa y a veces ni siquiera incluido en la escena okinawense. Esto ha cambiado recientemente ya que nuevos ´cantantes y músicos jóvenes que han surgido de Amami han participado en eventos y festivales musicales okinawenses. La diferencia en la escala musical ha contribuido enormemente a la similitud de la música de Amami y las canciones folclóricas japonesas, pero el sanshin de Amami y el estilo de canto también son diferentes de los de Okinawa.
El sanshin de Amami emplea una piel de serpiente que es más delgada y cuerdas más angostas, y el instrumento es afinado a una altura mayor que la del sanshin de Okinawa. El sonido vocal es más agudo y delgado y se emplea falsetto en muchas canciones. Sin embargo, el tema de las canciones es muy similar a los que se encuentran a lo largo y ancho de las Ryûkyû. Hay canciones festivas y canciones que se interpretan en nacimientos y matrimonios, hay canciones para enseñarle a los jóvenes sobre la vida, y hay aquellas que se cantan como entretenimiento tales como las canciones románticas que emplean historias folclóricas del pasado, y al igual que canciones de la vida cotidiana. Aunque también Amami ha sufrido en el pasado de invasiones japonesas y durante más de 200 años fue víctima de la más salvaje opresión, las canciones no se refieren directamente a eventos históricos y tienen que ver más con la vida cotidiana local. Sin embargo, la tristeza de la música con frecuenta refleja la situación infeliz de la gente.
Una minyo típica de Amami sería “Honen Bushi”, que fue escrita como resultado de eventos históricos que comenzaron con la invasión de Satsuma a las islas Amami. Desde esa época la gente de Amami se convertiría prácticamente en esclavos luego de que se introdujera la producción de caña de azucar y inevitablemente los japoneses se quedaran con todas las ganancias. “Honen Bushi” es una canción que pide por una buena cosecha ya que en esa época las autoridades habían decretado que toda la tierra apta para cultivo en Amami sea dedicada exclusivamente para la producción de azúcar. Esto era en especial cruel porque significaba que incluso lo necesario para cada día tal como el arroz no podría cultivarse y debía traerse a la isla desde afuera. Como resultado la gente cayó en la más extrema pobreza y con frecuencia llegaron al borde de la inanición. La canción expresa remordimiento y desesperación por la situación que fue ocasionada por las políticas del azúcar de Satsuma. Una de las canciones más conocidas de Miyako es “Honen no Uta”, otra canción que pide por una buena cosecha. (Los términos “bushi” [melodía] y “uta” [canción] se usan más o menos igual). Otra canción popular asociada con Amami es “Asabana Bushi” , una canción alegre que se interpreta usualmente para saludar al público al comienzo de una presentación y contiene varios versos que se acomodan a la ocasión.
Muchas de las minyo que se hicieron populares o que se convirtieron en canciones folclóricas estándar en las islas tienen palabras e incluso melodías que pueden ser improvisadas o cambiadas a placer dependiendo del intérprete y la situación. Es raro que haya un estándar a seguir ya que las canciones son extremadamente flexibles. Quizás el término “bushi” se aplica más a las “canciones” antiguas, ya que en muchos casos estas simplemente consisten de una melodía con coro a veces, o con tan solo un canto para el cual no hay un texto fijo. Sadao China ha caracterizado las canciones de los diferentes grupos de islas diciendo que las de Okinawa con frecuencia tienen que ver con asuntos trágicos, pero que se cantan de manera brillante y animada. Esto contrasta con Amami y Miyako, donde describió las canciones como muy tristes, casi “tan agresivas”, mientras que la palabra que utilizó para las canciones de Yaoyama, “bokkateki”, se traduce usualmente como “pastoral”. China, entre otros, ha dicho que hay tres melodías o canciones que él consideraría como las más representativas de los tres grupos de islas, Okinawa, Miyako y Yaeyama. Estas siguen siendo interpretadas por los okinawenses cada vez que se reúnen y con frecuencia han sido grabadas en diferentes estilos. Estas son “Nakuni” (Okinawa), “Togani” (Miyako) y “Tubarama” (Yaeyama).
Los textos de “Togani” y “Tubarama” son completamente diferentes dependiendo del intérprete, quien puede introducir nuevos textos a medida que las interpreta. En las islas Yaeyama siempre se ha celebrado un concurso anual Tubarama para encontrar al mejor intérprete. Una versión común de Togani es “Irabu Togani”, nombre tomado del de la isla más pequeña de Miyako. Muchas de estas canciones vienen con el nombre de la isla o aldea de donde proviene el intérprete, especialmente si esa versión incluye textos que hablan del lugar en cuestión. “Nakumi”, aunque asociada con Okinawa y con frecuencia escogida como su canción más representativa, podría ser muy bien originaria de Miyako. La historia cuenta que durante la época del Reino de Ryûkyû, estudiantes de Miyako vinieron a estudiar y vivir en Shuri en la isla principal. Mientras permanecían allí, soñaban con su tierra natal y entonaban canciones las cuales los músicos de Shuri copiaron, adaptaron y se apropiaron de ellas. Como con muchas canciones okinawenses, “Nakumi” es tan solo una melodía básica (aunque muy hermosa) a la cual se le puede poner casi cualquier tipo de texto. “Kaisare”, otra muy conocida canción asociada con Okinawa-honto, fue de hecho introducida desde Yaeyama - y de nuevo hay completa libertad sobre el texto de la canción. En el caso de canciones que han viajado entre diferentes islas, las grandes diferencias en textos y temas pudieron a veces simplemente ocurrir debido a las dificultades en comprender los dialectos de las otras islas, de tal forma que la gente local simplemente tomó la melodía y creó sus propios textos.
Una de las más exquisitas melodías que ha sobrevivido -y una canción todavía muy popular hoy- es “Tinsagu no Hana”. Esta es una entre muchas canciones infantiles que es entonada por todos y que contiene una moraleja. El título se refiere a las flores o el bálsamo de dormidera con el cual las chicas solían pintar sus uñas. La canción se convierte en una lección en la cual las chicas aprenden la importancia de sus padres y su traducción es:
Cuando pinto mis uñas
Con un tinte de flor de dormidera
De la misma forma debería pintar mi corazón
Con las palabras de mis padres
Puedo contar las estrellas
En los cielos nocturnos
Pero no puedo medir
Las palabras de mis padres
Un barco que zarpa de noche
Depende de la estrella del norte
Los padres que me dieron la vida
Viven creyendo en mi
“Nariyama Ayagu” es otro ejemplo de estas canciones “didácticas” y en cuanto a excelentes canciones infantiles se refiere, Okinawa debe ser uno de los más ricos lugares en el mundo. Tanto así que en 1999 el cantante y músico okinawense Takashi Hirayasu colaboró en todo un álbum de estas canciones con el guitarrista norteamericano Bob Brozman - Warabi Uta (Children´s Songs). Otro álbum de canciones infantiles con título similar, Uchina - Warabi Uta, fue producido por Toru Yonaha en 2005.
Pero quizás la canción okinawense mejor conocida por todos los japoneses sea “Isadoya Yunta”. Esta se origina en la pequeña isla de Taketomi que es una de las islas Yaeyama en el sur. Cabe recordar que las islas más alejadas no siempre fueron parte del Reino de Ryûkyû y esta canción cuenta la historia de una mujer llamada Kuyama quien es forzada a casarse con un oficial del gobierno en Shuri quien llega a instalarse a Yaeyama. Esta animada y pegadiza canción se burla del oficial del gobierno quien se porta muy mal con la gente local. Se escribieron nuevos textos para la canción en 1934 y aun cuando es casi incomprensible para los japoneses de las islas centrales debido al idioma, llegó a ser más popular que cualquier otra canción de las islas.
Es necesario mencionar aquí a “Toushin Doi” ya que esta conmovedora canción - junto con cualquier texto improvisado que quiera ponerle- es una grapa que une a los okinawenses y puede fácilmente ser imaginada cantada y danzada en los originales mo-ashibi. En la actualidad es con frecuencia usada para concluir las festividades de una noche o al final de un concierto. Comenzando ya en un tempo rápido de sanshin, taiko y silbidos, se repite el mismo formato una y otra vez hasta que la canción llega a un frenesí a velocidad vertiginosa y una salvaje danza katcharsee. El idioma empleado en esta y en otras canciones tradicionales es el local conocido en sus diferentes variaciones en todas las islas como Uchinaguchi. Esto se deriva de la palabra Uchina, que es como los okinawenses llaman a su territorio - la gente de Okinawa es conocida como Uchinanchu.
Estos son tan solo unos ejemplos de las más conocidas minyo o canciones tradicionales de las islas. Pronto se hace claro a medida que se investiga la música de Okinawa, que esta pequeña cadena de islas tiene una asombrosamente rica tradición viva de canciones, danza y producción musical que no se encuentra en ninguna otra parte del Japón. En la década de 1960, Haruo Misumi, una investigadora de artes escénicas, junto con otra gente, recolectaron y grabaron más de 1.000 canciones en las diferentes islas, muchas de ellas cantadas por gente común y grabadas en sus casas o en el campo. Una selección de lo que se ha recopilado fue luego lanzado por Columbia en 16 disco de acetato. Luego una selección de lo mejor de estas grabaciones se puso a disposición del público en un set de 4 cds bajo el título Yomigaeru Okinawa no Utagoe (Okinawan Voices Brought to Life) y luego la colección completa de grabaciones ha sido lanzada en cd bajo su título original, Okinawa Ongaku Soran. Esta contiene tanto música cortesana como canciones populares de Okinawa, además de canciones de Miyako y Yaeyama. Este es una especie de equivalente al set Topic Records 20 CD - The Voice of the People que recopilaba y presentaba canciones y música de las Islas Británicas. Las grabaciones abarcan canciones de festivales, rituales, danza, trabajo y juego y muestra la importancia de la música para la gente de estas islas. Aunque lo que es más emocionante, es que las interpretaciones representan una música honesta y vital que es tan bueno escuchar en la actualidad como casi ninguna otra cosa.
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